miércoles, 16 de febrero de 2011

TIEMPO

Tiempo: ese maldito niño malcriado, caprichoso y altanero. Irremediable. Tiempo es sólo tiempo, y a la vez lo es todo. Es la moneda con la que pagamos vivir. Es ese imbécil que nos lleva y nos trae, que da vueltas a nuestro alrededor, impasible, imparable.

Da igual cuánto le ruegues, cuántas veces le preguntes por qué. Su crueldad no tiene límites y su generosidad limitada. Cierto es que nos regala momentos inolvidables, magníficos, indescriptiblemente hermosos, sí, pero no son más que eso, momentos. Segundos, milésimas, instantes en los que crees que puedes alcanzar el mismísimo cielo. Tras la fugaz imagen, sonido, pensamiento, Tiempo continúa su marcha como si jamás hubiera ocurrido, devolviendo a todos a la infinita realidad. Da igual que supliques, mejor no lo hagas. No volverá atrás, nunca. Recuérdalo y queda atento la próxima vez, para no desaprovechar otra oportunidad de sentir lo mismo o incluso más.

Tiempo no sólo nos pone la miel en los labios. También acorta o alarga minutos a su antojo. Los ratos felices, alegres, divertidos pasan volando ante nuestros ojos sin poder remediarlo, se nos escapan, como el viento, no podemos retenerlos. Sin embargo, los días grises, melancólicos, oscuros, parecen crecer y hacerse más largos, hasta que tu desesperación se agrava y piensas que ya nadie puede salvarte de él, que va a convertirse en el horrible y último día de tu vida.

Tiempo no se porta bien con el mundo. Juega con nosotros, nos asusta, nos hace vivir rápido y mal, nos desespera y nos hace dependientes de un simple reloj. Porque nadie puede vivir sin reloj. Dependemos de su constante tic-tac.

Son tantos los desaires, que no entiendo cómo alguien pudo encomendarle la tarea de guiar la vida hacia la muerte. La culpa será de los Padres, esos irresponsables que no quisieron o no supieron educar a sus hijos.


----------------------------------------------------------------------------

Lo siento por todo este tiempo sin escribir, pero los exámenes no perdonan, y la ciencia siempre ha querido ir por encima del arte, así que aquí dejo lo último que tengo, intentaré encontrar el (maldito) TIEMPO que me falta para seguir dando todo lo que llevo en mí.