viernes, 1 de abril de 2011

Microrrelato

Sólo vio un golpe de luz, casi no le dolió. El estruendo, las llamas, los gritos y las ambulancias fueron los testigos de su involuntario protagonismo. No pasó toda su vida por delante de sus ojos, eso es mentira. Sólo se fue, a un lugar donde añorar y ser añorado.
El terrorismo le arrebató el derecho a vivir, y un coche-bomba le arrebató la vida.